miércoles, 26 de octubre de 2016

Ser mi propio maestro

¿Soy mi propio Maestro?

¿Qué es esto? ¿Cómo se hace? ¿Qué quiere decir ser mi propio maestro? ¿Qué tengo que hacer para ser mi propio maestra? ¿Qué hacer para ser maestra? Pero si yo todavía no soy maestra ¿Cómo puedo saber ser el mío?
Todas estas cosas me pregunten cuando encare este proyecto y muchísimo más. Empecé a buscar por todos lado herramientas, técnicas, novedades, entre un montón de cosas. Se me lleno la cabeza de ideas que en la imaginación eran extraordinarias pero en ese momento me encontré con el desafió de plasmar todo eso, de tener que comunicarlo, de enseñarlo.
Cuando empecé a poner mis ideas en claro pensé claro toda la vida me ha hecho ser mi propio maestro el tema ahora era un poco descubrir ¿cuándo me empecé a escuchar para poder serlo? ¿Y en que me voy enfocando, especializando?
Voy a empezar con el tema de la vocación. Toda mi vida me gusto enseñar, de chiquita escribí una guía personal de todo lo que no me gustaba y lo que sí que hacían los grandes para no hacerlo con otros chiquitos y con mis hijos, planeaba como explicar que lo que me encantaba hacer y me decían que estaba mal era buenísimo para aprender alguna cosa. Me acuerdo lo fundamental que para mí era ensuciarse y lo explicaba con toda seguridad, pensar que ala el jabón de ropa, me robo la idea.  
Recuerdo tantas veces que se me llamo la atención por ser una “maestra ciruela” para mi enseñar era fantástico, pero nunca existió la posibilidad de la idea de ser maestra, yo me tenía que convertir en la nueva Charles Thays.
De grande, gracias a que la vida me llevo por otros caminos voy descubriendo mi ser docente, mi vocación, estas ganas tan fuertes que siempre tengo de enseñar, que tienen que ver directamente con mi verdadero ser.
Poder ver ese momento en donde ayudaste a otro a que aprenda, a que se descubra en un nuevo saber, esa sensación es tan satisfactoria. Hacer que otro se revalorice por sus conocimientos que pueda enfrentar la vida con muchas opciones en el bolsillo me llena de placer y todo lo que tengo que pensar y hacer pensar para lograr todo esto más placer me da.
El saber me hace bien. Y el pensar me hace mejor a un. 
Dando me cuenta de esto y no hace mucho tiempo es que di mi primer paso y elegí esta carrera para ser maestra, y empezó mi investigación, mi aprendizaje.
Ser maestra tiene que ver con ser quien soy yo.
Venir a clases fue mi primer paso para ser mi propia maestra en ser maestra.
Veo muy necesario estar siempre en búsqueda de novedades, de artículos que hablen de educación, de páginas que tengan herramientas. 
Observar a otros es tu tarea docente me parece enriquecedor y necesario, preguntar por estrategias, plantear problemas y buscar todo tipo de soluciones. Observar a los niños, poder sentir como niño para poder trasmitir de la mejor forma para ellos, ver en detalles mis errores para solucionarlos.


Estas cosas tienen que ver con mi constante búsqueda en aprender a ser maestra siendo mi propia maestra. 


El mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión.:

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